No llevé ningún libro, sí algunas camisetas, la cámara imberbe como el que la maneja y nada más. Llegaba con la idea de ver el partido de básquet –España/Argentina, semifinal- rodeado de españoles con el ánimo disparado y la confianza plena. Acá están como locos, no es para menos, Gasol está firmando un campeonato terrible.
Como todo tiene que ver con todo, el estadio donde tocó Pearl Jam es el mismo dónde se coronó el mítico "dream team"de USA en 1992 (Jordan, Pippen, Bird, Jhonson, Ewing, Malone,etc) así que el almuerzo vendría a puro triple, doble y tiempo muerto.
Después de Montjuic sí, el metro a Badalona. No sé si lo comenté con anterioridad, pero el viaje en metro va con música clásica, una buena opción para contrarrestar el tedio y sonido grave de las vías. En frente mio, y mirándome con mucha atención, había un peladito pálido que parecía estudiante de filosofía. Una vez que abandone el metro el pelado, que había bajado conmigo en la estación de Badalona, se acercó a hablarme, no pensé que sería gay, poco a poco dejás los prejuicios y los preconceptos, más aún cuando yo mismo soy de los que me pongo a hablar con alguien sin motivo aparente.
-Tu vas al concierto, es verdad? me preguntó con un acento extranjero, y… Muñeco, estoy con la camiseta de la gira española y a cuarenta metros del estadio, yo diría. El muchacho era italiano, vivía en valencia y le sobraba una entrada, a partir de ahí todo fue una sucesión de compañeros aleatorios y geográficamente variada: almorcé con un chileno mientas mirábamos el básquet, nos juntamos con dos catalanes y tres italianas esperando ver bajar a la banda (la vimos, pero en tres mercedes negras que hacían imposible divisarlos) después con los escoceses, otra vez con el chileno y el italiano, cervezas con los vascos y los andaluces, aparecieron los argentinos y se acoplaron, después los australianos y así hasta el final de los días. Yo tenía platea, esperaba que ver todo sentado y tomar fotos, pero poco a poco me daban ganas de estar en campo, decir que el chileno se pasó: me cambió una entrada que le sobraba y terminé entrando a campo, a la enorme distancia de...seis metros del escenario. Sí, seis metros que durante los primeros minutos fueron una horda de vikingos, pero que luego todo se fue calmando y hacia el recital del concierto la mayoría de los que estábamos contra la valla éramos sudamericanos.
La noche de barcelona…Y ahora qué? Mientras tanto eddie cantaba “Why go home…Why go home”” y claro, no sé por qué me apresuro en ir a casa…
Lo que lamento de aquél momento es no haber ahondado en lo estrictamente concerniente al recital, porque fue un polvo de aquellos. La presencia de Wolfmother como banda soporte enriqueció el recital. Eddie Vedder junto al líder de Wolfmother, también, glorioso, tocaron dos temas juntos, con el punto más elevado al realizar Hunger strike.
El setlist fue impecable, el cierre excelente, la acústica muy nítida, los covers no pudieron ser mejores…Es muy difícil de igualar un recital como aquél, imaginen que los últimos cinco temas fueron WHY GO, I BELIEVE IN MIRACLES, HUNGER STRIKE, BABA O’ RILEY y YELLOW LEDBETTER.
En fin, lo que queda son aromas, recuerdos y sonidos hermosos. Lo que viene también, cómo no querer quedarse en este mundo.